lunes, 4 de marzo de 2013

Cada día es un dolor diferente

Cierro mis ojos, respiro profundo y dejo que el frío se apodere de mi cuerpo, como un dolor insoportable mi sangre se congela rápido, sin embargo, mis manos se mueven y continúan escribiendo, el olor del tabaco inunda mi lugar, ya no se que soy o a donde voy, solo soy un alma sin camino.

Todos los días es una constante lucha en contra de los demonios que llevo dentro, los que me recuerdan mi pasado y me arruinan el futuro, esos recuerdos que han marcado mi existencia y que lamentablemente vivirán conmigo por siempre, sin embargo sigo luchando por controlarlos y poder dejarlos atrás.

Cada recuerdo, cada instante me trae nuevas y dolorosas reacciones sobre lo que he pasado, y no obstante acerca de todo lo que me podrá pasar el día de mañana a consecuencia de lo que sin pensar hice ayer.

La sangre de mi cuerpo corre congelada, ya que no existe algún motivo que me ayude a seguir, provocando que mi corazón se paralice y deje de latir, dejando a la deriva todos mis sentimientos y emociones que antes tenía y que gracias a estos malditos recuerdos ahora soy un ser sin rumbo.

Cada que cierro los ojos o me quedo en silencio, esas voces y los recuerdos de mi pasado llegan de nuevo a mi mente, perturbando la paz que por momentos he logrado encontrar, afectando todo mi equilibrio, dejándome inerte ante algo que no se si podré superar.

El olor que penetra por mi cuerpo, es aquel del fracaso, el cual he acumulado por toda mi vida, y que debo de aprender a vivir con el hasta el final de mis días.

Cada que cierro mis ojos, miles de ideas perturbadoras llegan a mi, provocando que mi cuerpo se transporte a un mundo de fantasía donde tal vez pueda lograr esconderme por unos instantes, un lugar que puede ser la salvación de mi alma, un espacio donde solo sea yo y nadie más, para así evitar todo este sufrimiento que me ha acompañado desde el día que nací, y que terminará como tierra sobre mi cuerpo, abultando mi ultima morada.

mi mente yace inerte victima de todos los malos recuerdos sobre las decisiones que alguna ocasión llegue a tomar, sin poder siquiera luchar en contra de ellos, logrando hacer que mi alma se perdiera entre las tinieblas y dejara mi cuerpo vació en este mundo terrenal lleno de maldad y de dolor.

Anhelo el día en que muera y poder así viajar a ese lugar de fantasía donde todo promete ser mejor, olvidándome de todo mi pasado y vivir eternamente en el limbo.