sábado, 7 de febrero de 2009

MI VIAJE HACIA EL TRABAJO

Cada que voy rumbo al trabajo o regreso de el tomo 2 camiones diferentes, me subo a ellos y comienzo mi larga travesía por la ciudad, miro a todos aquellos que al igual que yo utilizan el transporte público, caras cansadas, de enojo, de indiferencia, de tristeza, de amargura.
Siempre tengo que fingir que no observo a la gente porque ellos nunca te observan, nunca te regalan un saludo, y lamentablemente ni los benditos choferes te saludan, sin embargo si manejan como si trajeran animales, si te toca asiento ya la hiciste pero si vas de pie agarrate hasta con las uñas de los pies debido a que si no te sujetas con fuerza seguro que sales volando.
Camiones sin música, con caras largas solo hacen más grande tu agonía y las ganas de llegar pronto a casa o al trabajo.
Personas que viajan más de 1 hora para llegar al trabajo, que los dejó el camion anterior o que simplemente ya es tarde adornan los asientos y pasillos, y si miras atravez de las ventanas del camion que va al lado te darás cuenta de lo mismo: solo son muchas caras largas, que de tanto verlas te deprimen.
Me he llegado a preguntar que pasa en este mundo donde ya nadie te saluda o sonrie, donde a todos solo nos importa llegar lo más rapido posible a nuestro destino porque si pasas un minuto más abordo de los camiones colectivos te suicidarias, frente a todos, y ellos, sin importarles que es lo que piensas o te sucede te ignoran por completo.
Aquellas personas que me acompañan a diario ya son parte de mi rutina de trabajo: salir de mi casa, esperar a que el camion pase y se detenga, subir, pagar, buscar asiento, esperar mi primer parada, bajar de un camion para esperar otro, esperar a que pase y que tenga asientos disponibles, pagar, sentarme o agarrarme con fuerza, esperar mi parada, bajar, trabajar, salir, esperar nuevamente el camion y comenzamos de nuevo.
Cuando llego a casa lo unico que quiero es no volver a utilizar el transporte público, yo no quiero ser parte de aquellas caras largas y tristes, llenas de pesares y de penas, de odio y amargura, de soledad, de cansancio que adornan a aquellos dueños de las calles, simplemente yo no quiero terminar así.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no olvidemos el chofer con cobarta que asoma la cabeza para tirar el gargajo... o que tal la señora que lleva a los niños a la escuela y aprovechan la estancia en la combi para ir desayunando su yougurt y su torta de jamon, o si te subes como a medio dia... las coapeñas que se suben con sus tenates, deberian de pagar doble no ?...

que tal este otro: cuando te subes y hay un asiento libre pero no lo puedes ocupar porque alguien que lleva las piernas abiertas y va escuchando su ipod ni hace el intento por acomodarse.

o mejor aun el que se sienta atras del chofer y siempre lo molestan para pasar los pasajes, sin olvidar el que se agarra del tubo pero con el sope todo apestoso jaja, tambien nunca falta la señora a disgusto que grita al chofer "manejee con cuidado que no llevas a animaleees"... si tienes suerte tambien te puedes encontrar al que le gusta subirse cuando la combi va hasta el gorro para ir esculcando las mochilas.. en fin muchas aventuras que podemos observar por $ 4.50...

esta chido el blog dante... subele mas aqui estare pasando... saludooos

Aaron Farfan